Pioneros en hiperinsulinismo: Ayer, hoy y mañana
Hace décadas, cuando los bebés tenían un nivel de hipoglucemia extremadamente bajo y persistente, se conocía muy poco sobre esta enfermedad y se podía hacer muy poco para ayudarlos. Muchos de ellos sufrían daño cerebral debido a la hipoglucemia y algunos fallecían.
Actualmente, cuando se diagnostica a un bebé con lo que ahora se llama hiperinsulinismo (HI) congénito, las pruebas genéticas pueden determinar rápidamente qué tipo de HI es, lo cual fija el tratamiento. Muchos pacientes pueden curarse y los restantes pueden esperar tener vidas activas y prolongadas.
Durante más de 50 años, Children’s Hospital of Philadelphia ha estado en la vanguardia de estos avances asombrosos en el HI, que han salvado y mejorado vidas. Nuestro Centro de Hiperinsulinismo Congénito, que celebra su vigésimo aniversario este año, brinda tratamiento a más pacientes con HI que cualquier otro lugar de todo el mundo. Y nuestros endocrinólogos, cirujanos e investigadores continúan en busca de más respuestas e incluso de mejores resultados.
“Aunque el HI es poco frecuente (1 en 50.000), tanto el Dr. Lester Baker primero como luego el Dr. Charles Stanley después, estaban decididos a mejorar las vidas de los niños con esta enfermedad”, comenta la Dra. Diva De León-Crutchlow, Máster en Ciencias en Epidemiología Clínica, Directora del Centro de HI de CHOP y Jefa de la División de Endocrinología y Diabetes. “Se conocía muy poco sobre la enfermedad y sus causas cuando trataron los primeros pacientes, pero los doctores Baker y Stanley comenzaron a definir las características del diagnóstico de la enfermedad y contribuyeron al descubrimiento de sus causas genéticas. A medida que conocían más sobre la enfermedad, podían hacer más cosas para ayudar a los niños. Entonces, más niños con HI acudieron a CHOP, lo que impulsó más descubrimientos.
“Es difícil imaginar cómo sería la atención de niños con hiperinsulinismo actualmente sin las contribuciones de nuestro centro. Estoy orgullosa de lo que hemos logrado para llegar a este momento y me siento muy entusiasmada por lo que esperamos lograr en el futuro”.
¿Qué es el Hiperinsulinismo (HI)?
Cuando un bebé tiene HI, las células beta del páncreas, que es un órgano glandular del tamaño aproximado de su dedo, liberan demasiada insulina y produce un descenso del azúcar en sangre a niveles peligrosos. El azúcar es necesario para el crecimiento y el desarrollo del cerebro, por lo que es esencial elevar los niveles de azúcar a un rango normal y mantenerlos estables.
Hay dos tipos principales de HI: el HI focal, en el cual las células beta hiperactivas se agrupan en un área; y el HI difuso, en el cual las células beta se distribuyen por todo el páncreas. Según los genes que estén involucrados, algunos pacientes con HI difuso pueden controlarlo con medicamentos. Sin embargo, otros bebés requieren la extracción casi completa del páncreas, una pancreatectomía casi total, para que aumenten los valores de glucemia y aún pueden necesitar medicamentos y agua con glucosa (dextrosa) para estar estables.
A medida que crecen, los niños que fueron sometidos a una pancreatectomía parcial desarrollarán diabetes eventualmente, ya que las células beta restantes se extinguen y, sin la insulina natural, sus niveles de azúcar en sangre se elevarán demasiado.
La conexión con la diabetes fue lo que llevó a CHOP a ser pioneros en tratamientos que preservaran lo máximo posible del páncreas de los bebés.
Primer avance: control médico
Hace 60 años, el médico endocrinólogo Lester Baker empezó a ser conocido en los EE. UU. por tratar lo que se llamó en ese entonces “hipoglucemia idiopática de la infancia”, y su reputación atrajo pacientes a CHOP. En las décadas de 1960 y 1970, Baker condujo un ensayo clínico de diazóxido, que llevó a que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobara ese medicamento como medicamento primario para el control del HI en 1973.
Ese fue un gran avance para los pacientes que respondieron al diazóxido, que fue aproximadamente la mitad de ellos. En la otra mitad fue más difícil averiguar qué bebés tenían la enfermedad focal y quiénes tenían la enfermedad difusa. Incluso el desarrollo de la prueba genética no fue de ayuda, ya que llevaría tres meses obtener los resultados; “lo cual no es muy útil cuando se está tratando de planificar una cirugía en un bebé”, comenta Charles Stanley.
Así es que el Dr. Stanley, que había sido colega en una capacitación de endocrinología a cargo del Dr. Baker, adaptó y perfeccionó la prueba de respuesta aguda de insulina, que lo ayudó a determinar el tipo de HI en solo unos días.
Cirugía especial para pacientes con HI focal
Con este conocimiento, el Dr. Stanley colaboró con el Dr. N. Scott Adzick, Máster en Gestión Sanitaria, quien se unió a CHOP como Jefe de cirujanos en 1995, y con el Departamento de Patología, para crear un procedimiento sistemático para detectar la parte enferma del páncreas (la lesión) y extirparla, en lugar de extraer el 98% del páncreas.
El Dr. Adzick comenzaría en la cola del páncreas, extraería una muestra de tejido; luego, el Dr. Stanley y un patólogo la analizarían en un laboratorio inmediatamente al lado del quirófano. Si no se detectaban células beta anormales, el Dr. Adzick realizaría otra biopsia.
“Algunas veces, analizamos hasta 27 o 28 biopsias hasta que encontramos la lesión”, comenta el Dr. Stanley. “El Dr. Adzick se sintió bien al compartir la toma de decisión. Cuando encontrábamos la lesión, la extirpábamos. Teníamos un enfoque de equipo muy estricto y eso nos permitió conservar una gran parte del páncreas normal, para que el niño no solo se curara de HI, sino que no padeciera diabetes en el futuroˮ.
“Éramos el único centro en el país que lo hacía”.
Llevar la innovación clínica a más niños
La urgencia por ofrecer este tratamiento avanzado a pacientes específicos llevó a CHOP a crear el Centro de Hiperinsulinismo Congénito en 1998.
“Comenzamos a reclutar activamente pacientes con HI, porque sabíamos que teníamos un mejor tratamiento para esos niños”, comenta el Dr. Stanley. “Pasamos de tener 3 o 4 pacientes por año, a tener de 15 a 20”.
El siguiente gran salto se produjo cuando el Dr. Stanley tuvo otro momento de claridad. Había estado leyendo sobre una investigación de médicos en Finlandia que usaban la exploración PET 18F-DOPA para buscar lesiones focales y llegó a la conclusión de que esa teoría se podría aplicar para encontrar la ubicación de la lesión focal en el páncreas, con lo cual se salvaría una porción aun mayor del páncreas de los pacientes.
Se inició un estudio de investigación de la exploración PET 18F-DOPA en CHOP en diciembre de 2004, en colaboración con los asociados de radiología de Penn, quienes ya tenían una solicitud para un medicamento nuevo en investigación ante la FDA, que les permitía elaborar y estudiar ese medicamento en humanos. Los pacientes reciben una inyección del compuesto radioactivo especial que las células endocrinas en el páncreas recogen y almacenan. Si los pacientes tienen lesiones focales, estas células se iluminan durante la exploración PET en el 85% de los casos.
“Para mí es como un faro”, comenta el Dr. Adzick. “Con ese mapa de ruta, sé dónde buscar la lesión”.
Más de 240 pacientes curados
Cuando se extirpa la lesión focal, también desaparece el HI. Más de 240 pacientes con HI focal han sido curados mediante esta cirugía desde que se abrió el centro.
Todos los años, el Dr. Adzick opera entre 30 a 40 pacientes y ha realizado más de 500 pancreatectomías en CHOP. En general, el Centro HI brinda tratamiento a 80 niños con HI por año aproximadamente, lo que lo convierte en el centro con mayor actividad.
“Lo que nos hace especiales es nuestro equipo multidisciplinario que incluye no solo endocrinólogos, sino también patólogos, radiólogos y cirujanos”, dice la Dra. De León. “Hemos expandido este enfoque especializado de equipo para incluir nutricionistas, gastroenterólogos, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales y otros especialistas, para continuar brindando un espectro de atención completo a los niños que aún no podemos curar”.
La meta sigue siendo curar a todos los niños. Los proyectos de investigación actuales en CHOP exploran las formas novedosas en que la enfermedad funciona y los resultados del desarrollo neurológico a través de la formulación de nuevas terapias y la aplicación de nuevas tecnologías para controlar y tratar el HI. Uno de estos estudios incluye analizar la efectividad de un “páncreas biónico bio hormonal” para pacientes con HI que pasaron por una pancreatectomía parcial y ahora tienen diabetes.
En la vanguardia de los avances
En 1962, Brad Parkes llegó a CHOP cuando tenía dos años, para que el Dr. Baker tratara su hipoglucemia. Parkes había pasado por una pancreatectomía parcial a los 4 años para poder controlar la hipoglicemia.
“Eso fue cuando CHOP estaba todavía en Bainbridge Street, en South Philadelphia”, comenta Parkes. “El Dr. Baker consideró que era necesaria una pancreatectomía, porque mi hermano menor, Greg, tuvo episodios de hipoglucemia severa que, desafortunadamente, le produjeron daño cerebralˮ.
Algunos años antes, los hermanos participaron en el ensayo de diazóxido en CHOP.
Luego, en enero de 1993, la hermana de Parker, Kristen, nació en un hospital local y sufrió un episodio de hipoglucemia durante su primera noche. Ella había heredado HI y fue transferida rápidamente a CHOP para su atención.
“Recuerdo claramente ver al Dr. Baker la primera vez hace 20 años cuando Kristen fue derivada aquí”, dice Parker. “Estábamos en la sala del hospital y se podía oír a la comitiva de médicos que bajaban al pasillo para hacer las rondas. Salí al pasillo y 20 metros más adelante estaba el Dr. Baker. Simplemente comencé a llorar. Gracias a Dios que él estaba allí. Me miró y me dijo: ʻnos encargaremos de estoʼ. Y así lo hicieron”.
Debido a que se conoció mucho más sobre la HI en la década de 1990, se pudo determinar rápidamente que Kristen tenía el tipo difuso de la enfermedad y que podía tomar diazóxido, el mismo medicamento que había ayudado a su padre y a su tío a demostrar que era seguro, para tratar la HI. Kristen, quien tiene actualmente 25 años, fue tratada por el Dr. Baker, luego por el Dr. Stanley y por último por la Dra. De León.
“No es solo el Dr. Baker. No es solo la Dra. De León o el Dr. Stanley, es el equipo completo”, expresa Brad Parkes. “Son los investigadores a quienes ni siquiera conocemos, el personal de laboratorio, las enfermeras, las personas que financiaron los estudios. Simplemente ha sido una experiencia extraordinaria. Yo entiendo cuán afortunados somos de tener Children’s Hospital”.