Tratamiento menos invasivo de un neumatocele grande
Por Heidi Morris, MMS, PA-C, Asistente de Médico y Coordinador de Investigación, División de Neonatología
En este artículo, revisamos el caso de un bebé prematuro con displasia broncopulmonar grave (BPD por sus siglas en inglés), antecedentes de neumonía por S. aureus y un posterior neumatocele de gran tamaño, que fue tratado con una modalidad de terapia menos convencional.
RC nació prematuramente a las 25 semanas de gestación y pasó los primeros tres meses de vida en una NICU comunitaria. Además de los problemas típicos relacionados con la extrema prematuridad, RC contrajo sepsis por Staphylococcus aureus y neumonía el día 12 después del nacimiento. Posteriormente, su evolución se complicó con neumatoceles bilaterales. Requirió ventilación mecánica invasiva durante la mayor parte de su estancia en el hospital y no tuvo éxito en tres intentos de extubación, a pesar de recibir dos tratamientos con esteroides dirigidos a los pulmones. RC presentó un empeoramiento agudo en su estado respiratorio asociado con un aumento en el tamaño de un neumatocele en el lado derecho y un neumotórax.
El jefe de cirugía, N. Scott Adzick, MD, revisó el caso de RC y recomendó su traslado a CHOP para una posible resección quirúrgica. A poco más de 40 semanas de edad posmenstrual, RC fue ingresada en el Programa de Enfermedad Pulmonar Crónica del Recién Nacido/Lactante (NeoCLD) de CHOP para el tratamiento de su neumatocele y su grave BPD (por sus siglas en inglés). Se observó que presentaba hipercapnia crónica y una hipoxia agudamente progresiva; en una radiografía sencilla, se observó un neumatocele de gran tamaño en el lado derecho con desplazamiento mediastinal y compresión del tejido pulmonar bilateral. En conjunto con Cirugía General, se tomó la decisión de proceder con la cirugía.
Mientras estaba en el quirófano, el Dr. Adzick observó un neumatocele del “tamaño de una naranja”. Originalmente había planeado una lobectomía superior derecha, pero le preocupó mucho la complejidad de la cirugía y la posibilidad de que la bebé no tolerase la cirugía invasiva, dados sus valores elevados de PCO2 y su necesidad de oxígeno, especialmente si se producía una fuga de aire incontrolada. Por lo tanto, se tomó la decisión de realizar una toracostomía con catéter anterior derecho permanente (en el neumatocele) para permitir una evacuación continua. La intención inicial era descomprimir el neumatocele para restaurar los volúmenes y la arquitectura de los pulmones y proporcionar estabilidad clínica para una potencial cirugía en etapas.
Inmediatamente después de la cirugía, la radiografía mostró una resolución casi completa del neumatocele. Clínicamente, RC tuvo una mejora dramática en su estado ventilatorio. El tubo torácico inicialmente permaneció colocado para realizar la succión y mostró una fuga de aire en cada respiración. De manera frecuente, se reevalúo la cantidad de tiempo que el tubo intratorácico debía permanecer colocado y la necesidad de futuras cirugías. Al final, el tubo torácico se retiró después de cinco semanas con una involución permanente del neumatocele. Tres semanas después, RC fue extubada y cuatro meses después, RC fue dada de alta con oxígeno para la casa.
El tratamiento de las complicaciones asociadas a las enfermedades pulmonares, incluyendo neumatoceles de gran tamaño, es complejo y se complica por la naturaleza a menudo crítica e inestable de los bebés con una DBP grave. Las estrategias exitosas deben ser individualizadas y pueden requerir ingenio e innovación. Por lo tanto, es importante destacar un enfoque cooperativo y multidisciplinario en la atención de estos pacientes.